Katu Kale es la calle de los gatos. Está en un pequeño pueblo de la costa de Gipuzkua, y los gatos que en ella viven son mágicos, pues saben hablar, aunque nunca encontrás ninguna prueba de ello.
Para mí también es la calle de la fantasía y la infancia, Katu kale es la calle de los cuentos improvisados al acostarme o en el regazo mientras observamos cómo se hace la comida.
Katu Kale son todas las historias del mundo. Y de eso os quiero hablar en este blog.